Noruega ha encontrado un depósito de fosfato que podría contener más de 70.000 millones de toneladas, una cifra similar a la suma de todas las reservas comprobadas hasta la fecha en el planeta.
El Gobierno noruego está de enhorabuena, pero todavía queda camino por recorrer. Por masivos que sean los depósitos, es necesario determinar qué cantidad de ellos resultan económicamente viables para la extracción. Características como la cercanía del mineral a la superficie o la presencia de impurezas, entre otros factores, son determinantes para evaluar el verdadero impacto del descubrimiento. “Bajo mi punto de vista, serán necesarios más de cinco años. Con suerte, antes del final de la década, Noruega podrá empezar la producción”, valora Jeff Amrish Ritoe, asesor estratégico sobre energía y materias primas para el Hague Centre for Strategic Studies (HCSS), en entrevista con El Confidencial.
El tratamiento del mineral es otro problema a tener en cuenta. El proceso de refinado requiere de mucho calor y libera gases de efecto invernadero. Consciente del desafío que esto supone en un país con estándares muy estrictos en materia de emisiones, la empresa ha anunciado que planea resolver este problema gracias a tecnología de captura de CO₂. Sin embargo, los expertos se han mostrado escépticos al respecto. “Usar ese tipo de tecnología aumentaría considerablemente los gastos para el proyecto, lo que no ayudaría a su viabilidad económica”, considera Ritoe.
Lo que hace que el hallazgo en Noruega sea especialmente importante, más allá de su volumen, es que las reservas de fosfato se encuentran, en su mayoría, en rocas ígneas. Estos minerales, resultado de actividad volcánica, tienden a ser de pureza muy superior y, por lo tanto, requieren de menos procesamiento para producir el ácido fosfórico purificado. “Potencialmente, nos encontramos ante una excelente materia prima para la transición energética”, indica Ritoe.
Aunque se espera que aumente en las próximas décadas, la demanda del elemento para tecnologías renovables es todavía diminuta en comparación con su uso para fertilizantes. Sin embargo, como recuerda el experto del HCSS, la mayor parte del fósforo de alta pureza procede en estos momentos de China y otra parte importante de Rusia, dos países de los que la Unión Europea está tratando de eliminar cualquier tipo de dependencia. No por nada, el mineral está incluido en la lista de materias primas críticas con alto riesgo de suministro de la Unión Europea, publicada en 2020, por su relevancia en las categorías de Energía Renovable y Aeroespacial/Defensa.
Source: El Confidencial, July 6, 2023